jueves, enero 31, 2008

"Cómo te admiro" o "el arte del plagio"

El tema del plagio entre fanfics no es un asunto nuevo. Por desgracia. Que unas "autoras" (las llamamos así, entre comillas, porque no lo son en realidad; no basta publicar, hay que escribir) copien a otras sin la delicadeza o decencia de nombrar al creador auténtico de la obra. No sólo no es nuevo, es casi legendario. Y sí, es increíble, pero ocurre y lo sabemos. El punto que yo me planteo es la psicología de estas lamentables ladronzuelas. ¿Cómo alcanzan a idear esos brillantes planes para excusarse sin ser pilladas in fragantis? ¿Cómo funcionan sus pequeñas y escasas neuronas saltarinas? Vayamos a ello.

Señoras y señores: la excusa única, la más castacada, requetetrillada, repetida... la auténtica y más guay de todas es: "publico sus fics poque me gustan". ¿Tierno, verdad? Luego está la versión más extendida y jugosita: "publico sus fics porque me encanta como escribe" o el brillante "la admiro como autora". Ahí te cogí, mariposilla. Siempre hay versiones, claro, no pensemos en plagiadores como clones aunque nos inviten a ello. Exiesten auténticas odas a las pobres autoras plagiadas donde sus verdugos la alaban y en hermosas notas de autor que salen en cada actualización no permitida del fic robado. ¿No es un detalle? Que la admiran, dicen. Que me admira, dice la tal Chucha Blacky que tiene la desvergüenza de ser tan rastrera de plagiar dos de mis mejores one-shots. Y yo en mi único lenguaje conocido para estos casos digo: "y unos cojones". Pero claro, es que me admira. ¿Quién va a decirle nada? Y no sólo a mí, por favor, no soy tan importante. También admira a Zaratustra (que publica en su profile de Slasheaven): tres fics plagiados; Daia Black: un fic plagiado; mullu :un fic plagiado y Rhea Carlysse: un fic plagiado. De momento. Puede que en lo que escribo esto las cantidades aumenten, así que tomémoslas por aporximadas. Y de momento Chucha se ensaña con Zaratustra, según tengo entendido le ha dicho que Triste Luna (brillante fic y no porque lo diga yo) es un fic muy largo para plagiarlo entero y que a lo mejor lo deja. ¿No es un encanto esta chica? Tiene un lado humano tan entrañable, ¡no le gusta trabajar! Aunque sólo sea copiar, chicos, eso cansa...

Eso de la admiración como excusa esa basura. Os lo voy a explicar. Cuando la admiración es auténtica y no hay envidias ni malos rollos por el medio, lo que el autor pretende es aprender del su escritor favorito, incluir toques nuevos que ha visto en sus fics, mejorar a través de lo que ha leído. Eso, buena gente, es aprender. Eso es admirar. Yo veo a Irati y la admiro. Le veo fallos, sí, y le veo un millón de virtudes que yo no tengo y que quiero aprender. PERO jamás en la vida y con Merlín de testigo, se me ocurriría plagiar a Irati. ¿Por qué? Es mejor que yo, sí. ¿Me jode que sea mejor que yo? Pues sí, porque me gustaría ser la mejor del mundo y hacerme un imperio, pero se pué. ¿Envidio a Irati? Para nada.

Sin embargo, perqueños percebes del mar, hay muchos autores envidisos por le red. Especímenes que quieren reviews. Quieren fama o palmaditas o galletas o ver su nombre escrito en una página de fics y sentirse importantes. Poder por fin autollamarse AUTORES. Aunque no lo sean, da igual. El autoengaño es el mejor invento desde la Cocacola light. Ahora bien. La elección del sujeto a plagiar sí suele estar relacionado con los gustos del ladrón. Nada que ver con el motivo que esgrimen como bandera, pero en eso aciertan: les gustan esos fics (claro que tontería copiar algo que no te guste, ¿no?). Pensemos ahora un momento: ¿cuál podría ser el motivo se tan rasrero actuar? ¿Envidia, quizás? Seamos sinceros: sentirte maravillado por algo, intentar imitarlo y fracasar una y otra vez... mmm, duele. El fracaso está latente, es la música de fondo de todo plagiador, escriba cosas propias o no, eso no importa. En cuanto un autor toma lo que es de otro, con la excusa que sea, y se lo apropia (aún dándole los créditos -aquellos plagiadores menos rastreros, por así decirlo-) demuestra su verdadera naturaleza: copiar algo que te gusta y no puedes hacer por ti mismo, ya sea por falta de ganas o talento, y presentarlo como tuyo... ese es un acto que confirma las altas pretensiones y la baja autoestima (o simple pereza, todo se puede simplificar).

La última opción del plagiador es que quiera putarte. Simple y llanamente. Me ocurrió hace poco con las StupidGirls pero no duró el canto de un gallo. Y mi intuición un tanto atrancada me dice que Chucha Blacky, quien se hizo la cuenta en FF.net y demás páginas únicamente para plagiar, no es una chica inocente que quiere propagar por el mundo el Sirius Remus y el slash. Es una ratita muy buen amaestrada que sabe donde pinchar y con qué. Lo que me pregunto es cuánto le durará el chiringuito. Nenitas taaaan obvias, que plagian a autoras taaan conocidas no suelen durar muchos. Indaguen, buena gente, investiguen, husmeen y tráiganme algo cantoso para empapelar las paredes de mi cocina.

¿Será otra Stupid Girl? ¿Algún pirata suelto que aún sueña con botines prohibidos? De momento haré un bien a la humanidad. La perra Blacky se encuentra en su profile, muy segura de que FF no actuará nunca, cosa probable. Pero yo les he visto actuar en caso de las BG, así que conservo la esperanza. Reporten, mis muchachos. Reporten para que una perra menos ocupe el lugar que corresponde a un autor.

Sobre mis compañeras saqueadas, mis condolencias. Especiamente Zaratustra, que por no ser de FF.net parece que se ceban con ella. Lo mismo le deseo a Daia, una amor de persona, que no se preocupe, que el PLAP es grande y la maquinaria contra el plagio se mueve rápido. Y a mullu y Rhea casi no las conozco, pero lo mismo les digo. Reíd porque esto durará poco y tendrá un final apocalíptico y escandalosos (palomitas preparadas).

Hasta la próxima entrada, que sólo Circe sabe cuándo será, se despide la Diosa.

Cuidaos y no os fiéis de nadie. La próxima actualización tratará de sabotages entre foros y amigos. Un tema peliagudo que me reservo hasta tenerlo claro, pero que desde ya lamento tener que destapar. ¿O no? Ya sabemos que soy una sensacionalista...